
Durante su exposición ante la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, el canciller Pablo Quirno —quien hasta hace poco se desempeñaba como secretario de Finanzas— buscó despejar dudas sobre la política económica del Gobierno y la asistencia internacional recibida antes de las elecciones. Acompañado por parte de su equipo, el funcionario brindó precisiones sobre la programación financiera del presupuesto 2026 y las estrategias oficiales para fortalecer las reservas del Banco Central.
El eje del debate giró en torno al apoyo brindado por el Tesoro de los Estados Unidos a la Argentina, así como a la sostenibilidad del esquema cambiario vigente. Legisladores de Unión por la Patria, entre ellos Itai Hagman y Julia Strada, cuestionaron el tipo de cambio proyectado para el próximo año —$1426 por dólar— y advirtieron sobre el incumplimiento de las metas de acumulación de reservas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Ante esas críticas, Quirno respondió con ironía: “Es realmente un avance significativo en la historia argentina si su espacio se preocupa por la acumulación de reservas”, lanzó. Luego sostuvo que la actual gestión “tiene la capacidad y la intención de acumular reservas”, y destacó que “este gobierno ha sido el que más reservas ha comprado en la historia, con U$S 26.000 o U$S 27.000 millones desde el comienzo de la gestión”.

El funcionario atribuyó la reciente pérdida de divisas al cumplimiento de compromisos de deuda y a la falta de financiamiento externo: “La sangría de reservas se debió a los pagos asumidos. Por la falta de credibilidad del país, no se pudo acceder a los mercados. Hubo compra de dólares por miedo, pavor de que ustedes vuelvan”, espetó mirando a la bancada opositora.
A su juicio, el resultado electoral traerá alivio y previsibilidad. “A partir del domingo pasado esa incertidumbre se va a reducir; las empresas podrán volver a financiarse, acumular dólares y contribuir a que el Banco Central y el Tesoro cumplan la meta de reservas prevista para afrontar los pagos de deuda”, afirmó.
Consultado sobre el respaldo financiero proveniente de Washington, Quirno fue categórico: “No hay absolutamente ninguna condicionalidad con respecto a este apoyo”. Según detalló, el paquete de ayuda incluye un swap de monedas por U$S 20.000 millones y la posibilidad de una línea de crédito del sector privado por un monto similar. “La única condición expresa que ha hecho los Estados Unidos es que si la Argentina continúa ordenando sus cuentas públicas y lo mantiene en el tiempo, podrá contar con su apoyo”, remarcó.
Sin detalles
El canciller evitó precisar cuánto del eventual financiamiento se utilizará, argumentando que dependerá de la evolución del contexto macroeconómico. También declinó ofrecer detalles sobre los desembolsos ya realizados por el Tesoro norteamericano para moderar la volatilidad cambiaria: “El Tesoro actúa como un agente económico más; ellos informarán sobre sus operaciones. Nosotros tenemos suficiente trabajo ordenando nuestras cuentas”, respondió.
Por último, defendió la operación de recompra de bonos en dólares, que será ejecutada por el banco JP Morgan. “No hay absolutamente ningún conflicto de interés en la contratación”, aseguró, recordando que tanto él como el ministro Luis Caputo trabajaron en esa entidad hace dos décadas. “Todas las contrataciones que realiza el Estado, y en particular el Ministerio de Economía, están reguladas de manera muy estricta”, concluyó.